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ECONOMÍA POLÍTICA MARXISTA

Donbass (1947), Alexander Deineka

 8. ECONOMÍA POLÍTICA MARXISTA

Como hemos visto anteriormente, Marx desarrolló sus principios de eco­nomía política como continuación de y en oposición a la economía políti­ca burguesa de los economistas ingleses. La mayor parte de los primeros escritos económicos de Marx, entre 1844 a 1859, se hicieron en forma de crítica a la economía política burguesa. Se opuso a las afirmaciones de los economistas políticos burgueses de que el capitalismo era un sistema per­manente y universal. Por otra parte, demostró que el capitalismo podría existir sólo por un período limitado y que estaba destinado a ser derrocado y reemplazado por un sistema social nuevo y superior. Su análisis económico posterior, particularmente los diversos volúmenes de su obra principal, El Capital, se concentró en el descubrimiento de las leyes económicas del capitalismo. El análisis en profundidad de las relaciones de producción de la sociedad capitalista, su origen, desarrollo y decadencia, constituyen el contenido principal de la economía política de Marx.

Los economistas políticos burgueses siempre hicieron su análisis en la for­ma de relaciones entre cosas, es decir, el intercambio de una mercancía por otra. No obstante, Marx demostró que la economía no se ocupa de cosas, sino de las relaciones entre las personas y, en último término, entre clases.

Dado que, en el capitalismo, lo que domina es la producción de mercan­cías, Marx comenzó su análisis con el análisis de la mercancía. Señaló que el intercambio de mercancías no era un mero intercambio de cosas, sino una expresión de la relación entre los productores individuales de la sociedad que han sido vinculados por el mercado. Aunque el inter­cambio de mercancías ha existido durante miles de años, es sólo con el desarrollo del dinero y el nacimiento del capitalismo que alcanza su punto más alto, vinculando toda la vida económica de millones de productores individuales de la sociedad como un todo. El capitalismo convierte incluso la fuerza de trabajo del obrero en una mercancía que se compra y se vende libremente en el mercado.

El obrero asalariado vende su fuerza de trabajo al propietario de los me­dios de producción, es decir, al capitalista. El obrero pasa una parte de su jornada de trabajo produciendo lo equivalente a su salario, es decir, produ­ciendo lo necesario para cubrir el costo de mantenerse a él y a su familia.

La otra parte de su jornada de trabajo se ocupa en la producción para el mantenimiento y crecimiento del capitalista. El obrero no recibe pago alguno por esta producción que es para el capitalista. A este valor adicio­nal que cada obrero produce, en forma adicional al valor necesario para obtener su salario y mantenerse a sí mismo, Marx lo llamó plusvalor[1]. Es la fuente de la ganancia y la fuente de riqueza de la clase capitalista.

El descubrimiento del concepto de plusvalor expuso la naturaleza de la explotación de la clase obrera. También sacó a la luz la fuente del antagonismo entre el proletariado y la burguesía. Este antagonismo de clase es la principal manifestación de la contradicción fundamental de la sociedad capitalista: la contradicción entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la propiedad. Engels señaló que el descubrimiento del plusvalor es “el segundo descubrimiento importante de Marx”[2] (junto con el descubrimiento de la concepción materialista de la historia). Lenin llamó a la teoría del plusvalor “la piedra angular de la teoría económica de Marx”[3].

Marx también analizó en detalle las crisis económicas periódicas que afec­tan repetidamente al capitalismo. Explicó las crisis capitalistas también como una manifestación de la contradicción fundamental del capita­lismo. Expuso entonces la falsedad de los economistas burgueses, quienes en ese momento propagaban que el capitalismo no podía enfrentar crisis alguna, ya que el funcionamiento del mercado resolvería todos los proble­mas. Trataron de presentar que cualquier cosa que fuera producida por el capitalista automáticamente sería vendida en el mercado.

Sin embargo, Marx expuso que la naturaleza del funcionamiento del pro­pio capitalismo conduciría inevitablemente a las crisis. Mostró cómo los capitalistas, en su afán desesperado por obtener más y más ganancias, se conducían hacia un descontrolado aumento de la producción. Sin embar­go, al mismo tiempo cada capitalista trataba de mantener una mayor tasa de ganancia reduciendo los niveles de salario de sus obreros y arrojándolos a la pobreza. La clase obrera compone la mayor parte de la sociedad y la pobreza de la clase obrera significa automáticamente la reducción de su capacidad para comprar los bienes disponibles en el mercado. De este modo, por un lado la clase capitalista sigue aumentando la producción de bienes que se suministran al mercado, mientras que por otra parte se continúa reduciendo la capacidad de compra de una gran parte de com­pradores en el mismo mercado. Naturalmente, esto conduce a una con­tradicción grave entre la expansión de la producción por un lado y la contracción del mercado, por otro. El resultado es una crisis de sobre­producción en la que el mercado está inundado de bienes no vendidos. Numerosos capitalistas son arrojados a la bancarrota. Cientos de miles de obreros son expulsados de sus puestos de trabajo y forzados al hambre, al mismo tiempo que las tiendas están llenas de productos que quedaron sin utilizar porque no hay nadie que los compre.

Marx concluyó, además, que la anarquía de estas crisis del capitalismo sólo puede solucionarse resolviendo la contradicción fundamental del capitalismo entre el carácter social de la producción y el carácter pri­vado de la propiedad. Y esto sólo puede hacerse mediante el derroca­miento del sistema capitalista y el establecimiento del socialismo y el comunismo, para dar así un carácter social a la propiedad de los medios de producción. Marx demostró que la fuerza social que llevaría ade­lante esta revolución había sido creada por el propio capitalismo; era la clase proletaria. Es sólo el proletariado quien no tiene ningún interés en continuar con el actual sistema de explotación y de propiedad priva­da. Sólo éste tiene el interés y la capacidad de establecer el socialismo.

Marx analizó cómo cada crisis agudiza las contradicciones del sistema ca­pitalista. Describió el proceso de centralización del capital que resulta de cada crisis en manos de un puñado cada vez más pequeño de capitalistas. Esto se produce junto al enorme incremento de la miseria y el descon­tento de las vastas masas de obreros. A medida que las contradicciones del capitalismo se agudizan, los levantamientos revolucionarios del pro­letariado crecen en fuerza, desembocando en revolución, la confiscación del capital de los capitalistas y la construcción de una sociedad socialista, donde existe un carácter social de la propiedad que se ajusta al carácter social de la producción.

De este modo Marx, comenzando por la unidad económica más básica – la mercancía – develó la naturaleza de las leyes económicas que rigen al capitalismo. De esta forma, presentó la base económica científica para la revolución socialista y el camino hacia el comunismo.

[1] Las primeras traducciones al español de las obras de Marx vertieron el término alemán Mehrwert como “plusvalía” o “supervalía”. Estas traducciones velan, en cierta for­ma, la relación entre el valor (Wert) y el incremento o excedente por encima del valor origi­nario al que Marx denomina Mehrwert y cuya traducción directa es plusvalor. Esta relación existe también entre otras categorías de la economía política marxista, tales como trabajo y plustrabajo (Arbeit y Mehrarbeit) y producto y plusproducto (Produk y Mehrprodukt). Al respecto, ver Advertencia del traductor en El Capital, Tomo I, Vol. I, Siglo XXI Editores, páginas XVIII-XIX.

[2] Engels. Carlos Marx

[3] Lenin. Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo.

Link de descarga del texto completo: Curso Básico de Marxismo-Leninismo-Maoísmo

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