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Los primeros años de Marx y Engels hasta que llegaron a ser marxistas

Continuando con nuestro ciclo de formación política publicamos el capitulo 4 del texto base.  



4. LOS PRIMEROS AÑOS DE MARX Y ENGELS HASTA QUE LLEGARON A SER MARXISTAS

Obviamente, nadie puede nacer marxista – ni siquiera Marx. Debe darse un proceso a través del cual se formulan y desarrollan ideas y puntos de vista hasta tomar una forma básica que puede llamarse una ideología. Na­turalmente, Marx y Engels también tuvieron que pasar por un proceso de este tipo antes de que llegaran a descubrir y comprender ellos mismos las verdades básicas de lo que hoy conocemos como marxismo. Este proce­so de pensamiento fue determinado en gran medida por las experiencias concretas que ambos vivieron. Por tanto, a fin de comprender esto con cierta profundidad, veremos brevemente las primeras experiencias de vida de estos dos grandes maestros.

Karl Marx nació el 5 de mayo de 1818, en la ciudad de Trier [Tréveris], en lo que entonces se llamaba la Prusia Renana y que hoy es parte de Alema­nia. Su padre, Heinrich Marx, era uno de los mejores abogados de la ciu­dad. La familia vivía con comodidades y era culta, pero no revolucionaria. Ambos padres de Marx provenían de una larga línea de sacerdotes judíos. Por lo tanto, a pesar de que eran económicamente pudientes, tuvieron que enfrentarse a la discriminación social en la atmósfera anti-judía de Prusia. En 1816, el padre de Marx se vio obligado a convertirse al cristianismo, dado que el gobierno prusiano había adoptado una regla de prohibición a los judíos de ejercer la abogacía. Del mismo modo, en 1824, otra ley pru­siana fue aprobada para impedir que los no-cristianos fueran admitidos en las escuelas públicas. Para sobrellevar esto, de nuevo Heinrich Marx se vio obligado a bautizar a su hijo Karl, junto con todos sus hermanos y herma­nas. Por lo tanto, aunque no era un creyente en la organización religiosa, el padre de Marx se vio obligado a adoptar una nueva fe sólo con el fin de dedicarse a su profesión y dar a sus hijos una buena educación.

La ciudad natal de Marx, Trier, es la ciudad más antigua de Alemania, que durante muchos siglos fue la residencia de los emperadores romanos y más tarde la sede de los obispos católicos, con una administración religio­sa para la ciudad y sus alrededores. En agosto de 1794 los ejércitos franceses capturaron la ciudad, instituyeron una administración civil y trajeron las ideas y las instituciones de la Revolución Francesa. La ciudad sólo re­gresó a las manos del rey de Prusia después de la derrota de Napoleón en Francia en 1815. Así, la época del nacimiento y juventud de Marx aún estaba marcada por los veintiún años de ideas revolucionarias francesas.

Trier era un pueblo pequeño, con una población de alrededor de 12.000 habitantes. Fue principalmente una ciudad mercado para los alrededores, que durante siglos ha sido una famosa región vinícola. Su población se compone de las ocupaciones típicas de un pueblo de ‘servicios’ – funcio­narios, sacerdotes, pequeños comerciantes, artesanos, etc. Se había man­tenido al margen de la Revolución Industrial y, por lo tanto, tenía una economía relativamente atrasada. Durante la juventud de Marx también tenía un alto grado de pobreza. Las estadísticas oficiales en 1830 daban una cifra de desempleo de uno de cada cuatro, aunque la cifra real debe haber sido mucho mayor. Los mendigos y las prostitutas eran comunes y las cifras de delitos menores como el robo eran extremadamente altas. Así, Marx desde muy joven fue testigo de la miseria de las clases trabajadoras más pobres.

Después de asistir a la escuela primaria, Marx entró en el Friedrich Wil­helm Gymnasium (escuela secundaria) en 1831, de la cual egresó en 1835. Al cabo de tres semanas fue enviado para realizar estudios superiores en la facultad de derecho de la universidad en la ciudad de Bonn (un centro importante que es hoy la capital conjunta de Alemania), a sesenta kiló­metros de Trier. Marx, con el deseo de aprender tanto como fuera posi­ble, se inscribió inmediatamente en nueve cursos que, además de derecho, incluían poesía, literatura, arte, etc. Al principio asistía regularmente a los cursos, pero poco a poco perdió el interés, sobre todo en las clases de derecho, la cual consideraba seca y poco satisfactoria. Redujo sus cursos primero a seis y luego a cuatro.

Decidió estudiar por su cuenta y pronto se involucró en la vida tormen­tosa de los estudiantes, de los cuales rápidamente se convirtió en un lí­der. Profundamente interesado en escribir poesía, también se unió a la Poetenbund [Unión de Poetas], un círculo de jóvenes escritores fundado por estudiantes revolucionarios. En la lucha constante entre los hijos de los nobles feudales y de la burguesía, pronto se convirtió en un líder del grupo burgués. Se vio a menudo involucrado en peleas a puñetazos y a ve­ces en duelos de espadas. Llevaba un estilete [un tipo de daga o cuchillo], por el que fue arrestado una vez y se le abrió un caso policial. También fue condenado a un día en la prisión para estudiantes de la universidad bajo la acusación de “disturbios estruendosos de la paz nocturna y borrachera”. Marx, en un duelo de espadas incluso fue herido en la ceja derecha. Esto llevó a su padre a retirarlo de la Universidad de Bonn y traerlo de vuelta a Trier en agosto de 1836.

Mientras estaba en Trier, consiguió en secreto comprometerse con Jenny von Westphalen, hija del barón von Westphalen, que era un noble y alto funcionario del gobierno prusiano. Jenny era cuatro años mayor que Marx. Estaban enamorados desde niños y habían decidido casarse mientras Marx estaba todavía en la escuela. Su compromiso se hizo con la aprobación de los padres de Marx, pero sin la aprobación de los padres de Jenny, la cual sólo obtuvieron en 1837.

En octubre de 1836 Marx se trasladó a la Universidad de Berlín, que era la capital de Prusia. La universidad era mucho más grande que la de Bonn y era reconocida como un importante centro de estudios. Tras registrarse para los cursos de la universidad, Marx se sumergió en una tormenta de trabajo. Se quedaba despierto noche tras noche, comiendo en forma irre­gular, fumando profusamente, leyendo libros pesados y llenando cuader­nos. En lugar de las clases formales, Marx siguió estudios por su cuenta. Trabajando a un ritmo tremendo pasaba de las leyes a la filosofía, a la poesía, al arte y luego a escribir obras de teatro y cuentos y luego de vuelta a la filosofía y la poesía. Su exceso de trabajo tuvo un efecto negativo en su salud, la tuberculosis afectó sus pulmones y en ocasiones se vio obligado a tomar un descanso. Pero él siempre volvía a sus hábitos de trabajo excesi­vo, a la lectura de todo, desde la antigüedad hasta los últimos trabajos de los científicos y los filósofos. Se orientó hacia la filosofía, siempre tratando de encontrar un significado universal, siempre en busca de lo absoluto en los principios, las definiciones y conceptos.

Durante su segundo año en la universidad se unió a un grupo de estudian­tes y maestros de filosofía llamados Jóvenes Hegelianos. Eran seguidores del famoso filósofo alemán, Frederick Hegel, quien había enseñado en la Universidad de Berlín y murió en 1830. Ellos trataron de dar una inter­pretación radical de la filosofía de Hegel y, por esto, a veces fueron llama­dos hegelianos de izquierda. Uno de los amigos de Marx en este grupo, su líder intelectual, era un profesor llamado Bruno Bauer que era un ateo militante que atacaba constantemente las enseñanzas de la iglesia. Tales ataques, junto con las opiniones políticas radicales de los jóvenes hegelianos, los convirtieron en blanco de las autoridades prusianas. Así, cuando Marx completó su tesis doctoral no pudo obtener su título de la Universidad de Berlín, que estaba dominada por reaccionarios nombrados por el gobierno prusiano. Después de completar sus estudios en Berlín presentó su tesis doctoral y se graduó en abril de 1841 en la Universidad de Jena, una uni­versidad de tendencia liberal que estaba fuera del control prusiano.

Después de obtener su título, Marx esperaba convertirse en profesor de la Universidad de Bonn, donde Bruno Bauer se había trasladado en 1839. Pero el propio Bauer estaba en problemas debido a los disturbios estu­diantiles que sus conferencias anti-religiosas estaban provocando. Por úl­timo, el propio rey ordenó remover a Bauer de la Universidad de Bonn. Esto significó el fin de la carrera docente de Bauer, así como cualquier esperanza de un trabajo de profesor para Marx.

Marx se unió al movimiento de oposición socrático que se desarrollaba en la provincia de Renania y la vecina provincia de Westfalia. Estas pro­vincias, que habían experimentado la influencia liberadora de las reformas anti-feudales francesas, eran los centros principales de la oposición al rey de Prusia. La industrialización también había llevado al crecimiento de la burguesía, sobre todo en Colonia, la ciudad más rica de Renania. Esto significó un fuerte apoyo al movimiento de oposición radical de los in­dustriales, que estaban hartos de los excesivos controles de los señores feudales.

Marx comenzó como redactor y a continuación, en octubre de 1842, se convirtió en el jefe de redacción del Rheinische Zeitung [La Gaceta Re­nana], un periódico de circulación diaria apoyado por estos empresarios. En manos de Marx, el diario pronto se convirtió en un luchador por los derechos democráticos radicales. Sin embargo, esto llevó a Marx a un conflicto constante con los censores prusianos, que eran muy represivos. Finalmente, cuando el periódico publicó una crítica del despotismo del zar ruso, el propio Zar ejerció presión sobre el rey de Prusia para tomar medidas. El diario fue prohibido y tuvo que ser cerrado en marzo de 1843. Marx entonces comenzó a involucrarse en un plan para llevar a cabo una nueva revista Los Anales Franco-Alemanes.

Durante este período, de 1841 a 1843, Marx estaba profundamente in­volucrado en la tormentosa vida política de la época. Sin embargo, él era básicamente un demócrata radical y no tenía en ese momento los puntos de vista comunistas. En el ámbito de la filosofía, su transforma­ción más importante durante este período tuvo lugar en 1841, después de leer el libro La esencia del cristianismo de Ludwig Feuerbach, que presenta una crítica a la religión desde el punto de vista del materialismo. Este libro tuvo un papel importante en el cambio de las ideas de Marx desde el idealismo del grupo de jóvenes hegelianos al materialismo. Otra obra filosófica de 1841 que influyó en Marx fue La Triarquía Europea, un in­tento de su amigo Moses Hess por desarrollar una filosofía comunista combinando las ideas de los socialistas franceses con las ideas de los hege­lianos de izquierda.

Sin embargo, en ese momento Marx aún tenía sólo un conocimiento li­mitado de las ideas de los socialistas y comunistas. Su primer contacto fue en 1842 cuando leyó con interés las obras de muchos de los principales teóricos socialistas franceses. Sin embargo, él no se convirtió al comunis­mo o el socialismo por estas lecturas. Este cambio se produjo a través de su contacto con grupos comunistas de la clase obrera y el estudio de la economía política, los cuales tuvieron lugar principalmente después de trasladarse a París a finales de 1843.

Siete años después de su compromiso, Marx y Jenny se casaron en junio de 1843. Tuvieron una corta luna de miel en Suiza, durante la cual Marx escri­bió un folleto donde presentó sus primeras críticas sobre Hegel. Después de la luna de miel, inició el estudio y los preparativos para trasladarse a París, desde donde debían desarrollarse los Anales Franco-Alemanes menciona­dos anteriormente. Este traslado a París fue planeado con el fin de evitar la censura prusiana. Sin embargo, aunque la revista fue planeada con salida mensual, sólo fue publicado el primer número, que salió en febrero de 1844.

No obstante, el periodo de Marx en París se caracterizó por nuevas expe­riencias muy significativas. De la mayor importancia fue su contacto di­recto con los diversos grupos socialistas y comunistas, de los que París era un centro candente. Además de compartir con un gran número de teó­ricos y revolucionarios, Marx se benefició en gran medida por el contacto regular con los muchos revolucionarios de la clase obrera de París. Al mismo tiempo, Marx comenzó un estudio de la economía política leyen­do la mayor parte de las obras de los famosos economistas ingleses. Los contactos revolucionarios y el estudio más profundo tuvieron un impacto que se reflejó en los escritos de Marx.

El único número de los Anales tuvo crucial importancia, debido a que con­tenía la primera exposición de Marx sobre su comprensión materialista de la historia, contenida en un artículo que criticaba la filosofía de Hegel. Fue en este artículo que Marx hizo la importante formulación en relación al papel histórico del proletariado. También aquí hizo su famosa formula­ción de que la religión es el opio del pueblo. El mismo número también contenía un artículo de Engels sobre la economía política, que también daba una comprensión materialista sobre el desarrollo del capitalismo moderno.

Fue el interés de Marx por los escritos de Engels lo que llevó a su reu­nión en París entre el 28 de agosto y el 6 de septiembre de 1844. Éste resultó ser un encuentro histórico que ayudó a los dos grandes pensa­dores a aclarar sus ideas y sentar las primeras bases del marxismo. Aun­que en forma independiente habían llegado a conclusiones similares previamente, este encuentro les ayudó a lograr un acuerdo teórico com­pleto. Fue en esta reunión que ambos alcanzaron más claramente una comprensión acerca de la concepción materialista de la historia, que es la piedra angular de la teoría marxista.

Frederick Engels nació el 28 de noviembre 1820 en el pueblo textil de Barmen, provincia del Rin en Prusia. Su padre era un rico propietario de una fábrica de hilados de algodón y era un cristiano protestante, furiosa­mente religioso y con una perspectiva política reaccionaria.

Barmen, como la Trier de Marx, también pertenecía a la parte de Prusia que había visto los veinte años de conquista francesa. Por lo tanto, también tuvo influencias progresistas en él. Sin embargo, su principal característica consistía en que era uno de los mayores centros industriales renanos. Así Engels, desde una edad muy temprana, vio la pobreza extrema y la explo­tación de la clase obrera. Para sobrevivir a la competencia de la fábrica, los artesanos se vieron obligados a trabajar desde la mañana hasta la noche y a menudo trataban de ahogar sus penas en alcohol. El trabajo infantil y las enfermedades pulmonares producto del trabajo eran cosa común.

Engels asistió a la escuela del pueblo de Barmen hasta la edad de 14 años. Luego fue enviado al gimnasium en el pueblo vecino de Elberfeld (ac­tualmente Barmen y Elberfeld forman una sola ciudad). Este gimnasium (escuela secundaria) tenía la reputación de ser una de las mejores escuelas de Prusia. Engels era un estudiante inteligente, con un don para aprender idiomas. También formó parte de un círculo de poesía entre los estudian­tes y escribió sus propios poemas y cuentos. Tenía la intención de estudiar economía y el derecho, pero su padre estaba más interesado en hacer que su hijo mayor aprendiera el negocio familiar. A la edad de 17 años, se retiró repentinamente de la escuela y se unió como aprendiz en la oficina de su padre.

Aunque este fue el fin de la escolaridad formal de Engels, continuó utili­zando su tiempo libre para estudiar historia, filosofía, literatura y lingüís­tica y escribir poesía, hacia la cual se sentía atraído. Al año siguiente, en julio de 1838, Engels fue enviado a trabajar como empleado en una gran empresa de comercio en la gran ciudad portuaria de Bremen. La atmós­fera de gran ciudad puso a Engels en contacto con la literatura extranjera y la prensa. En el tiempo libre empezó a leer libros de ficción y política. Continuó el aprendizaje de nuevos idiomas y, además del alemán, consi­guió un poco de conocimiento del latín, griego, italiano, español, portu­gués, francés, inglés, holandés y otros. Esta capacidad de aprender idiomas continuó durante toda la vida de Engels, llegando a ser bastante fluido en más de 20 idiomas, incluyendo persa y árabe. También en Bremen, Engels se convirtió en un buen jinete, nadador, espadachín y patinador.

Mientras estuvo en la escuela, Engels había luchado contra la burocracia. Ahora, como un joven adulto, se sintió atraído por las ideas democráti­cas radicales de la revolución democrática burguesa que entonces tomaban forma en Alemania. El primer grupo al que se sintió atraído fue el gru­po literario de Jóvenes Germanosque defendían ideas políticas radicales. Pronto comenzó a escribir para una revista impulsada por ellos desde la ciudad portuaria de Hamburgo, no lejos de Bremen. Escribió dos artículos sobre la situación en su distrito de origen. Expuso la grave explotación de los trabajadores en Barmen y Elberfeld, las enfermedades sufridas por ellos y el hecho de que la mitad de los niños del pueblo estaban privados de la escuela y obligados a trabajar en las fábricas. En particular, atacó la religiosidad vacía de los industriales explotadores (que incluía a su propio padre).

Hacia finales de 1839 inició un estudio de Hegel, cuya filosofía trató de vincular a sus propias convicciones democráticas radicales. Sin embargo, sólo pudo hacer progresos en el estudio en 1841, cuando concluyó su pasantía en Bremen. Tras un intervalo de unos meses, se trasladó a Berlín para el servicio militar obligatorio de un año.

Mientras realizaba el servicio militar se incorporó a la Universidad de Berlín como alumno externo y tomó un curso de filosofía. Pronto estableció una estrecha relación con el grupo de los Jóvenes Hegelianos del que Marx había sido parte. Él, al igual que Marx, también fue influenciado en gran medida por los puntos de vista materialistas en el libro de Feuerbach que fue publicado ese año. Los escritos de Engels ahora empezaban a adoptar algunos aspectos materialistas. Su énfasis principal siempre estuvo en la ac­ción política. Esto fue lo que le hizo separarse, en 1842, del grupo de Jóvenes Germanos que, a su juicio, se limitaban sólo a desarrollar debates literarios. Sin embargo, continuó fuertemente vinculado con los Jóvenes Hegelianos, sobre todo con Bruno Bauer y su hermano.

Fue esta cercanía de Engels con los Bauer lo que impidió una amistad con Marx cuando se reunieron por primera vez en noviembre de 1842. Engels en ese momento había terminado su servicio militar y estaba en camino de su ciudad natal para trabajar como empleado en el negocio de su padre en Manchester, Inglaterra. En el camino visitó a Marx en la oficina del perió­dico en Colonia, donde Marx era entonces el jefe de redacción. Marx, por entonces, había comenzado a criticar a los Jóvenes Hegelianos, y en parti­cular a los Bauer, por concentrar demasiado su propaganda en la religión en lugar de la política. De ahí que Marx y Engels, que tenían diferentes afiliaciones políticas, no pudieran acercarse en este, su primer encuentro.

Fueron las experiencias de Engels en Inglaterra las que lo hicieron un comunista. Desarrolló vínculos muy estrechos con los obreros de Manchester, así como con los líderes de los obreros revolucionarios del movimiento cartista. Manchester era el centro principal de la moderna industria textil en el mundo y pronto Engels emprendió un estudio en profundidad de las condiciones de trabajo y de vida de los obreros. Vi­sitaba regularmente las zonas obreras para ganar conocimiento directo. En este proceso creció el amor entre él y Mary Burns, una joven obrera irlandesa que más tarde se convertiría en su compañera y esposa. Ade­más de recoger material para su futuro libro sobre las condiciones de la clase obrera en Inglaterra, Engels llegó a comprender el potencial revo­lucionario del proletariado. Su participación regular en el movimiento lo convenció de que la clase obrera no era solamente una clase sufriente, sino una clase combativa, cuyas acciones revolucionarias construirían el futuro.

Además de sus vínculos con la clase obrera, Engels también hizo un estu­dio profundo de las diversas teorías socialistas y comunistas, e incluso conoció a muchos de los líderes y escritores franceses y alemanes que ha­bían formulado estas teorías. A pesar de que no adoptó ninguna de tales teorías, hizo un análisis de sus puntos positivos y negativos. Al mismo tiempo comenzó un profundo estudio de la economía política burguesa. Esto fue con el fin de ayudarle a analizar las relaciones económicas de la sociedad, que había empezado a entender que eran la base de toda trans­formación social. Los primeros resultados de su estudio fueron expuestos en un artículo publicado por Marx en su diario de París. Como hemos mencionado anteriormente, esto llevó a la correspondencia entre Marx y Engels y a su histórica reunión en 1844.

Engels estaba entonces en camino de regreso desde Manchester a su ciu­dad natal, Barmen, cuando se detuvo para reunirse con Marx, que enton­ces se alojaba en París. Sus discusiones ayudaron a Marx a formular mejor la concepción materialista de la historia que los dos habían empezado a entender. También en esta reunión comenzaron a trabajar en su primer libro conjunto, que fue un ataque a Bruno Bauer y el grupo de los Jóvenes Hegelianos, al cual anteriormente ambos habían pertenecido.

Engels pasó los siguientes ocho meses haciendo propaganda comunista intensiva y trabajo de organización en Alemania. Durante este período él estuvo en rebelión constante contra su padre, quien se opuso a su trabajo comunista y trató de hacer que trabajara en su fábrica. Después de sólo dos semanas en la oficina de su padre, Engels rechazó por completo este trabajo y dejó Barmen para reunirse con Marx, quien para entonces se había convertido de nuevo en el blanco de las autoridades feudales. El rey de Prusia había ejercido presión sobre el rey de Francia, quien expulsó a Marx de París. Marx se vio obligado a trasladarse a Bruselas, en Bélgica, junto con su esposa y su hijo de ocho meses de edad. Aquí es donde En­gels arribó y formó su casa justo al lado de la casa de Marx.28

Marx en el intertanto había realizado un trabajo profundo y había de­sarrollado las principales características de la nueva concepción del mundo, que ambos habían discutido en la reunión anterior. En Bruselas, Marx y Engels comenzaron a trabajar en forma conjunta de manera in­tensiva. Esto fue, como diría Engels, para desarrollar esta nueva concep­ción en todas las direcciones posibles. El resultado fue el histórico libro La ideología alemana que, sin embargo, sólo consiguió ser publicado casi un centenar de años más tarde. El propósito principal al que sirvió este libro en aquel momento fue hacer que los dos grandes pensadores es­clarecieran sus propias ideas con respecto a sus viejas concepciones y establecieran los pilares de la nueva concepción del mundo, que más tarde llegaría a ser conocida como marxismo. ¡Marx y Engels se habían convertido en marxistas!

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