Imagen: RR.SS. |
Hoy queremos recordar la Masacre de la noche de San Juan acaecida durante la madrugada del 24 de junio de 1967 en los campamentos mineros de Siglo XX y Catavi [1]. Destacamos la lucha, resistencia y el elevado nivel de conciencia de clase alcanzado por el movimiento obrero en Bolivia expresado en sus organizaciones políticas, hechos que los gobiernos de turno en confabulación con el imperialismo inútilmente han intentado ocultar.
En 1952 después de varias décadas de lucha impulsada por los sindicatos mineros en alianza con los sindicatos campesinos, se produce la revolución que derrocaría del poder a la llamada “rosca”, esto es a aquellos partidos políticos que expresaban los intereses de la oligarquía terrateniente y la facción compradora de la gran burguesía. Las fuerzas represivas son derrotadas por los obreros armados en combates librados en ciudades, minas y campo; sin embargo, ante la falta de una autentica dirección revolucionaria proletaria la insurrección entrega el gobierno al Movimiento Nacionalista Revolucionario, partido pequeñoburgués, que una vez al mando del aparato estatal, impulsa la reestructuración del Estado boliviano aplicando un modelo basado en el capitalismo monopolista de Estado y bajo la tutela del imperialismo yanqui, deviniendo a su vez en facción burocrática de la gran burguesía [2].
La dirigencia del MNR, entregada totalmente al servicio del imperialismo, se vio obligada a cumplir las reivindicaciones populares tales como la nacionalización de las minas, la reforma agraria, el voto universal, el acceso universal a la educación, etc.
Con los años y las conquistas populares el impulso revolucionario había radicalizado aún más a los obreros y desgastado el barniz supuestamente nacionalista del MNR. Entonces la crisis interna de este partido decanta en el golpe de estado de 1964, Rene Barrientos derrocando a su socio Víctor Paz Estenssoro se hace del poder para luego con triquiñuelas legalistas asumir la presidencia por la vía electoral en 1966.
El golpe de Estado se dio en medio del escenario mundial de guerra fría (enfrentamiento entre el imperialismo yanqui y el socialimperialismo soviético por la hegemonía mundial), el triunfo de la revolución cubana en 1959 y el temor reaccionario a que se expanda por toda Latinoamérica.
Estados Unidos bajo la administración de Jhon F. Kennedy implementa la llamada Doctrina de Seguridad Nacional, que significaba el derrocar gobiernos civiles sustituyéndolos por gobiernos militares abiertamente fascistas que faciliten su dominio en el continente y apliquen la represión brutal a la lucha de los pueblos.
Para el imperialismo yanqui el MNR entonces ya había dejado de ser una garantía para seguir conteniendo la fuerza del movimiento obrero y campesino en Bolivia, por tanto apoyaron y asesoraron el golpe de Barrientos, agente suyo y vinculado a la CIA.
Una de las primeras acciones tomadas por Barrientos fue la promulgación de varios decretos supremos que prohibían los sindicatos y los partidos políticos de los trabajadores, cierre de las radios mineras, declarar los centros mineros en zonas militares, la rebaja de los sueldos en un 40% y entregar la administración de la COMIBOL al Plan Triangular [3], medidas tomadas para privatizar las minas que fueron nacionalizadas en 1952.
Varios centros mineros se opusieron a estas medidas con armas, dinamitas y piedras en las manos, se produce los enfrentamientos de Milluni, Cami, Cerdas y otras regiones donde muchos hombres y mujeres trabajadoras de las minas murieron defendiendo sus conquistas y derechos. Como consecuencia de la resistencia obrera en 1967, tres años después de impuesta la dictadura y a pesar de contar con el ejército y el asesoramiento de la CIA, el régimen aún no había podido entrar a las minas de Siglo XX, Catavi y Uncia para ejercer un control absoluto.
En este contexto, el movimiento obrero desafió al gobierno golpista llamando a Ampliado Nacional de las diferentes Federaciones de mineros de Bolivia, obreros sindicalizados de las ciudades, maestros urbanos y rurales y estudiantes universitarios, convocando a organizarse y asumir medidas para hacer frente a la represión de la dictadura, además de solidarizar con la guerrilla de Ñancahuazú [4].
Para evitar la realización del Ampliado Nacional el día 24 de junio de 1967 por la madrugada ingresan las fuerzas armadas y policiales al centro minero de Siglo XX disparando ráfagas de metralleta, matando indiscriminadamente a hombres, mujeres, ancianos, jóvenes, niños y niñas con la intensión de dar una sanción ejemplificadora y parar en seco cualquier cuestionamiento al régimen. La cantidad oficial aproximada de muertos producto de la represión dice que fueron 20 y heridos 70, mientras los cálculos acerca de los desaparecidos superan los 200.
Hoy se la recuerda como la Masacre de San Juan, matanza que lejos de amedrentar y callar al movimiento minero, obrero y estudiantil consiguió el resultado opuesto, fortalecer la lucha del pueblo boliviano contra la dictadura y el imperialismo yanqui.
La narrativa oficial y revisionista enfatiza las causales principales de la Masacre de San Juan como consecuencia de una mera reivindicación salarial o por la identificación de la clase obrera con la guerrilla establecida en el oriente del país. Si bien estos acontecimientos tienen un rol importantísimo, solo son parte de los elementos que entraron en juego para el desenlace de los acontecimientos. El movimiento obrero, principalmente minero de las décadas anteriores a los años de la llamada “Revolución Nacional” de 1952 y posteriores había alcanzado niveles de politización y organización muy elevados, recurriendo incluso al uso de la violencia revolucionaria tanto para derrocar al régimen de la “rosca”, lograr conquistas laborales, como también para resistir a la dictadura, por tanto, habíase constituido un peligro latente para el frágil equilibrio de fuerzas de las clases dominantes y el imperialismo en el país.
Varios centros mineros se opusieron a estas medidas con armas, dinamitas y piedras en las manos, se produce los enfrentamientos de Milluni, Cami, Cerdas y otras regiones donde muchos hombres y mujeres trabajadoras de las minas murieron defendiendo sus conquistas y derechos. Como consecuencia de la resistencia obrera en 1967, tres años después de impuesta la dictadura y a pesar de contar con el ejército y el asesoramiento de la CIA, el régimen aún no había podido entrar a las minas de Siglo XX, Catavi y Uncia para ejercer un control absoluto.
En este contexto, el movimiento obrero desafió al gobierno golpista llamando a Ampliado Nacional de las diferentes Federaciones de mineros de Bolivia, obreros sindicalizados de las ciudades, maestros urbanos y rurales y estudiantes universitarios, convocando a organizarse y asumir medidas para hacer frente a la represión de la dictadura, además de solidarizar con la guerrilla de Ñancahuazú [4].
Para evitar la realización del Ampliado Nacional el día 24 de junio de 1967 por la madrugada ingresan las fuerzas armadas y policiales al centro minero de Siglo XX disparando ráfagas de metralleta, matando indiscriminadamente a hombres, mujeres, ancianos, jóvenes, niños y niñas con la intensión de dar una sanción ejemplificadora y parar en seco cualquier cuestionamiento al régimen. La cantidad oficial aproximada de muertos producto de la represión dice que fueron 20 y heridos 70, mientras los cálculos acerca de los desaparecidos superan los 200.
Hoy se la recuerda como la Masacre de San Juan, matanza que lejos de amedrentar y callar al movimiento minero, obrero y estudiantil consiguió el resultado opuesto, fortalecer la lucha del pueblo boliviano contra la dictadura y el imperialismo yanqui.
La narrativa oficial y revisionista enfatiza las causales principales de la Masacre de San Juan como consecuencia de una mera reivindicación salarial o por la identificación de la clase obrera con la guerrilla establecida en el oriente del país. Si bien estos acontecimientos tienen un rol importantísimo, solo son parte de los elementos que entraron en juego para el desenlace de los acontecimientos. El movimiento obrero, principalmente minero de las décadas anteriores a los años de la llamada “Revolución Nacional” de 1952 y posteriores había alcanzado niveles de politización y organización muy elevados, recurriendo incluso al uso de la violencia revolucionaria tanto para derrocar al régimen de la “rosca”, lograr conquistas laborales, como también para resistir a la dictadura, por tanto, habíase constituido un peligro latente para el frágil equilibrio de fuerzas de las clases dominantes y el imperialismo en el país.
Notas.-
[1] Catavi se encuentra ubicada al norte del departamento de Potosí, pertenece a la provincia Rafael Bustillo.
[2] La gran burguesía es aquella que funge de agente intermediario y parasitario de la opresión imperialista en países semifeudales y semicoloniales donde impera el poder de la clase terrateniente. La gran burguesía en su desarrollo genera dos facciones, la burguesía compradora y la burguesía burocrática cuyos programas se diferencian básicamente en aplicar capitalismo monopolista no estatal o capitalismo monopolista estatal respectivamente.
[3] El Plan Triangular fue un proyecto imperialista para controlar la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) mediante la inyección de capitales con la participación de los Estados Unidos, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Alemania Federal.
[4] La Guerrilla de Ñancahuazú se establece en 1966 en el oriente del país, alejada de los centros mineros, urbanos y del movimiento campesino, según sus impulsores al momento de iniciar prematuramente sus acciones militares recién se encontraba en etapa de preparación. Es diezmada en octubre de 1967. A pesar de los yerros en los que hubiera incurrido se la debe considerar como parte del proceso nacional y no como la simple experiencia de un organismo aislado.
[1] Catavi se encuentra ubicada al norte del departamento de Potosí, pertenece a la provincia Rafael Bustillo.
[2] La gran burguesía es aquella que funge de agente intermediario y parasitario de la opresión imperialista en países semifeudales y semicoloniales donde impera el poder de la clase terrateniente. La gran burguesía en su desarrollo genera dos facciones, la burguesía compradora y la burguesía burocrática cuyos programas se diferencian básicamente en aplicar capitalismo monopolista no estatal o capitalismo monopolista estatal respectivamente.
[3] El Plan Triangular fue un proyecto imperialista para controlar la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) mediante la inyección de capitales con la participación de los Estados Unidos, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Alemania Federal.
[4] La Guerrilla de Ñancahuazú se establece en 1966 en el oriente del país, alejada de los centros mineros, urbanos y del movimiento campesino, según sus impulsores al momento de iniciar prematuramente sus acciones militares recién se encontraba en etapa de preparación. Es diezmada en octubre de 1967. A pesar de los yerros en los que hubiera incurrido se la debe considerar como parte del proceso nacional y no como la simple experiencia de un organismo aislado.
Archivo Fotográfico.-
Comentarios
Publicar un comentario