(Articulo publicado en marzo 2020)
También se ha instaurado un cerco mediático a las luchas del pueblo en la ciudad de El Alto, ningún monopolio de la comunicación se dispuso a mostrar lo que estaba pasando en esta ciudad, los medios de comunicación de la burguesía solo informaron las versiones de los golpistas. Ningún periodista, sociólogo, politólogo, investigador o activista “reconocido” se ha atrevido a escuchar y escribir lo que el pueblo alteño ha vivido esos días.
Desde las calles de la ciudad de El Alto recogemos algunos testimonios que dan cuenta de las vivencias de las mujeres y hombres durante aquellos días. Para resguardar la seguridad de las personas que nos confiaron la información hemos cambiado los nombres:
Sara – estudiante de la UPEA:
Una semana antes del golpe de estado, nosotras hemos seguido casi normal con nuestras actividades en la UPEA, en abajo las pititas se movilizaban, nos reclamaban porque nosotros no nos movilizábamos por la “democracia”, la respuesta es simple, esa “democracia” no es para nosotros, entonces porque nos tendríamos que movilizarnos, eran los partidos políticos que estaban peleándose por sus pegas, pero algo importante ocurrió durante esos días, que al principio no le dimos mucha importancia, pero después de todo lo que ocurrió lo comprendí.
En la UPEA hay una plazita donde siempre están los alcohólicos, no molestan a nadie, a veces piden limosnas pero nada más, nosotros ya nos hemos acostumbrado a verlos allí, pero una semana antes desaparecieron, hubo rumores de que los recogieron y se los llevaron, ¿Quién? No lo sabíamos y no le dimos mucha importancia, pero luego nos enteramos que eso mismo ocurrió en otros lados.
En los días de saqueos, yo al igual que todos en mi barrio salimos a las calles a defendernos del saqueo, hubo rumores de que iban a venir a saquear la escuela y el colegio, los vecinos y las vecinas nos preguntábamos ¿Quién querría saquear el equipamiento de nuestro colegio?, no entendíamos, pero igual nos organizamos y fueron muchas noches sin dormir.
Mis padres casi el mayor tiempo viven en la comunidad y yo como hija mayor me quedo al cuidado de mis hermanos y hermanas, por tanto, yo asisto a las reuniones de la zona, en las reuniones decidimos organizarnospor turnos los vecinos para cuidar el colegio y otros se quedaban en sus calles para proteger la zona, una noche la alarma del colegio sonó todos los vecinos corrimos inmediatamente, gracias a esto atrapamos a un grupo de saqueadoresa punto de entrar al colegio.
Los saqueadores eran muchachos de la calle, los vecinos les dijeron ¿porque estaban haciendo eso? Ellos dijeron que les pagaron, preguntamos:¿quién les pago? En un momento dijeron Camacho y después dudaron y decían el MAS, los muchachos eran adictos que vivían en la calle, incluso algunos de ellos se la pasaban en la plaza de la zona, por eso los reconocimos, estaban vestidos bien, eso nos sorprendió.
Los vecinos y vecinas nos reunimos y hubo una gran discusión y nos preguntamos ¿qué hacer? La duda nos invadió quien estaba pagando a estos muchachos para que ocasionen estos desmanes ¿Quién les estaba dando información a que colegio saquear? Porque era muy sospechoso que no atacaron la colegio que no tiene equipamiento y si quisieron saquear el colegio de la zona que tiene equipamiento.
Lo que acordamos unánimemente entre todos es que no los entregaríamos a la Policía corrupta, porque esos muchachos serían utilizados como banderas por los golpistas, les quitamos los palos y todo lo que traían y les hemos echado de la zona y les advertimos que no vuelvan, que se vayan y que no se vendan por unos cuantos ni a los golpistas, ni a los vende patrias de los masistas.
Brenda – trabajadora de una fundación:
Yo vivo en la ciudad en una zona muy acomodada, en un edificio con seguridad, pero trabajo en la ciudad de El Alto en un proyecto que trabaja con población muy, muy pobre que apenas sobrevive al día con lo que vende, muchas veces sobreviven con 20 bolivianos día.
Los días de los saqueos donde no había autos para movilizarse, recibí llamadas de algunos muchachos con los que yo trabajo, me decían: “licen voy a salir, me van a pagar 100 bs, eso me han dicho”, yo le respondí: no lo hagas, vamos a pensar en algo para tener un poco de platita, pero no salgas, que vas hacer si te arrestan o te golpean? él me contestaba: Licen son 100Bs. sabe cuánto tiempo puedo alimentar a mi familia con ese dinero? Voy a ir porque son 100bs.
Así llamaron varios de los muchachos y precisamente los más pobres, los más jodidos, los que trabajaban de lo que sea en las calles, los que tenían familias numerosas donde todos del pequeñito hasta el papa y la mama trabajaba en las calles. A mí me daba rabia esta situación mientras esos muchachos eran utilizados mis vecinos y colegas de trabajo se quejaban de los conflictos porque tendrían que suspender sus viajes por avión porque el aeropuerto estaba en El Alto, de impotencia me ponía a llorar porque me daba rabia como estos partidos políticos podían aprovecharse de la pobreza de la gente y al mismo tiempo como esta otra gente se alegraba y justificaba la represión del pueblo alteño porque no les dejaba gozar de sus privilegios, todo esto en nombre de la “democracia” y la “pacificación” del país.
No, no pregunte quien les estaba pagando a los muchachos, porque para mí todas las facciones son iguales, que cada uno se pregunte ¿a quién le benefició generar ese estado de pánico? ¿Quién utilizo ese pretexto para hacerse del poder? Que se pregunten eso y saquen su propia conclusión, porque yo ya saque mi propia conclusión.
Julia – mujer católica que vive en la ciudad de La Paz:
Tengo varios amigos curas y monjas en la ciudad de El Alto con quienes hablo frecuentemente, durante los conflictos de noviembre de 2019, un sacerdote amigo me llamo y me dijo: “tienes que ayudarme, porque no sé qué hacer y tampoco se en quien confiar”, cuando me dijo eso me preocupo, fui inmediatamente donde el para ver que paso.
Me contó que después de una eucaristía y después de que toda la gente se había ido mi amigo sacerdote se disponía a cerrar la iglesia en eso se percato de que le dejaron unos bultos en una esquina de la iglesia abrió los bultos y era dinamitas, pistolas para lanzar gases y gran cantidad de gases y algunas granadas, al ver eso se asustó y solo atino a meterlo a la eucaristía y cerrar la iglesia para que nadie entre.
Al ver esas cosas allí, nos preguntábamos ¿qué era lo correcto?, de lo único que estábamos seguros es que no podíamos tener esas cosas en la iglesia por mucho tiempo porque la situación cada vez se ponía más peligrosa, entonces decidimos enterrar todo esas cosas en un lugar donde nadie sospecharía. Debatimos mucho si entregar todo eso a la policía o a los militares, pero si hacíamos eso igual sería utilizado para maltratar al pueblo, o tal vez podrían pensar que nosotros estamos metidos en el conflicto, lo mejor que podíamos hacer es desaparecer todo ese armamento.
Días después me entere que otro sacerdote de otra parroquia le paso lo mismo, pero esta vez también le dejaron algunos víveres, me comentó que cuando vieron esos cosas en la iglesia ellos llamaron a la policía inmediatamente para que vayan a recogerlo, no querían ni tocarlo, pero los policías le dijo que no tienen suficiente personal para mandar a alguien y que mejor ellos lleven a la estación policial, ante esa respuesta de la policía, lo que ellos hicieron es repartir los víveres y llevaron todo esas cosas a la estación policial. Por tanto no fue un hecho aislado, pagaron y proporcionaron ese armamento a grupos de personas para saquear al pueblo, pero esa misma gente se estaba negando hacerlo y lo único que atinaron es dejar ese armamento en las iglesias.
Claudia – vecina de la ciudad de El Alto:
Durante el Golpe de Estado, en nuestro barrio nos organizamos, en las noches un grupo salía a resguardar los colegios y las calles, otro grupo íbamos a las marchas, bajábamos a la ciudad caminando desde nuestros barrios, en la ceja siempre nos encontrábamos con los hermanos y hermanas de las provincias que bajan tambien marchando a la ciudad de La Paz.
Uno de esos días yo estaba volviendo a mi casa eran aproximadamente a las 7:00 de la noche, me subí en el teleférico morado, junto conmigo se subieron hermanos y hermanas de la provincia, nos pusimos hablar de cómo estaban las cosas y los hermanos nos dijeron: que el problema eran los policías y no tanto los militares, yo les pregunte: ¿Por qué dicen eso? Cuando vi en mi zona como los militares nos estaban matando.
Entonces nos contaron: “los principales dirigentes de los sindicatos agrarios de las mujeres, de los hombres y las juntas vecinales del pueblo, hemos ido al cuartel y nos hemos sentado con la máxima autoridad del cuartel, le hemos dicho bien claro: ustedes aquí en el cuartel son pocos, nosotros en la comunidad somos hartos, 4 o 5 veces más que ellos, y que también tomen en cuenta que todos de la comunidad y del pueblo hemos hecho nuestro servicio militar en el ese cuartel, conocemos donde están las armas, conocemos donde están los tanques, conocemos en detalle el cuartel, sabemos manejar las armas, sabemos manejar los tanques” también les recordamos que cuando ellos salen hacer patrullaje a los pueblos van dos o tres en los autos y nosotros somos muchos. A ver si les va gustar a ellos que nosotros tomemos el cuartel, porque nosotros lo podemos hacer, eso le hemos dicho, entonces ellos han respondido: “nosotros vivimos aquí con ustedes, nadie del cuartel va salir, he dado orden de que nadie salga del cuartel, nos vamos a quedar aquí adentro” en eso hemos quedado.
¿Y los policías? les preguntamos, nos respondieron: “a ellos ya los hemos sacado del pueblo, no hay ningún policía, hemos tomado el centro policial y lo hemos cerrado, hemos expulsado a todos los policías de nuestro pueblo y de nuestras comunidades, no hemos quemado el centro policial porque esto va pasar y van a volver la policía, pero tiene que ser bajo nuestros propios términos, tenemos que hacer algo, porque cada vez que bajamos a la ciudad en la marcha la policía es la que nos reprime”
Llegamos a la estación final y los hermanos y hermanas se fueron a su reunión a evaluar las acciones del día y para planificar que van hacer, eso dijeron, entonces, me puse a pensar que en las comunidades tienen más control sobre sus territorios, mientras nosotros en las ciudades estamos siendo brutalmente reprimidos por la policía y por los militares.
Héctor – vecino de El Alto:
Mi mama es una mujer muy fuerte que dice las cosas como tienen que ser, pero que además nunca se queda quieta, y claro durante los conflictos mi mama al ver todo lo que estaba pasando y las declaraciones de Camacho y todo su show en el aeropuerto, mi mama decidió ir al aeropuerto a gritarle al Camacho todo lo su rabia. Mi hermano y mi papa tratamos de convencerle que era peligroso, que nos iban a decir masistas, que podía pasar cualquier cosa, pero mi madre dijo que no podíamos permitir que un extraño venga a nuestra casa a decirnos semejantes cosas.
Como no pudimos convencerle entonces mi hermano, mi papa y yo fuimos con ella, llegamos al aeropuerto a pie porque no había mucha movilidad, cuando llegamos había mucha gente y tambien prensa, nosotros estábamos ahí con la gente que gritaba: fuera Camacho, había gente masista, pero también había mucha gente igual que nosotros que no somos masistas pero fuimos porque había mucha rabia por todo lo que estaba pasando.
Los ánimos empezaron a escalonar, le dijimos a mi mama y a mi papa que si eso continuaba nos íbamos, que no íbamos arriesgarnos a que nos pase algo. En eso todo empero cuando llegaron las pititas y los disque alumnos de la UMSA, todos bien preparados con sus cascos, con sus mascarillas con sus palos, insultando con palabras racistas, todos ellos hijitos de papa, clarito los reconocíamos por sus ropas y tambien había muchachos y muchachas de santa cruz y Cochabamba es fácil reconocerlos por sus acentos y por los insultos que decían.
Frente a eso a nosotros tambien nos ha dado rabia como insultaron a mi madre, entonces, nosotros les hemos gritado tambien, y la policía apareció, pero estaban ahí para proteger a esos hijitos de papa y cuando la cosa se estaba poniendo más tensa le dije a mi familia que ya era hora de irnos, en eso pititas han hecho explotar dinamita o que será, pero con eso nos han empezado a agredir, lo único que hemos atinado es acorrer para proteger a mis padres y mi hermano, pero en los medios lo único que salió es que los masistas pagados estaban ahí y que agredieron a los pobres niños de la zona sur, me ha dado tanta rabia escuchar eso en la televisión, puras mentiras, nosotros sabemos lo que hemos vivido y eso siempre va quedar grabado en nuestra memoria y nuestros corazones.
Pamela – activista de la ciudad de La Paz:
En noviembre de 2019 yo estuve en las marchas acompañando a las movilizaciones de la ciudad de El Alto y las provincias, no podía quedarme en casa sin hacer nada, a pesar de que mi familia no lo entendía yo igual me salía para acompañar las marchas para sacar fotos, videos y publicar en Facebook denunciando la violencia racista, fascista de parte de la policía y los militares, así por lo menos sentía que contribuía en algo, pero el acoso y la fanatismo racista de las pititas en las redes sociales era terrible, al final tuve que cerrar mi cuenta porque un pariente mío me llamo y me revelo algunas cosas que me llevaron a tomar esa decisión.
Como publicaba las fotos y los videos entonces mi familia y amigos sabían que estaba acompañando las movilizaciones del pueblo alteño, mi tío es militar que está en Cochabamba, ayer me llamo y me dijo ¿Cómo estás?Yo le dije que estaba bien, me dijo: ¿tu estas metida en las marchas verdad? Yo le respondí: si, y él me dijo: “hijita ten cuidado, y no pude aguantar y le pregunte: tú fuiste a reprimir al chapare a la gente? me dijo: NO, y le pregunte ¿acaso te puedes negar a las órdenes que da Añez?Y me respondió: es que las ordenes no las da la presidenta, ella solo es la cara, entonces puedo negarme ir a reprimir a nuestros parientes, ya no le pude pregunte nada más porque es cierto parte de nuestra familia vive en el chapare, y para despedirse me dijo “cuídate hijita”.
Todos sabían que estaba acompañando las movilizaciones, y con la noticia de mi tío, y de pronto mi Facebook en un solo día tenía 40 solicitudes, demasiado sospechoso, por eso decidí cerrar mi cuenta de Facebook, mientras no se aclare a que nos estábamos enfrentándonos y quien en realidad estaba detrás de todo esto.
Luis – trabajador de la ciudad de El Alto
El día que Camacho llegaba a el aereopuerto de El Alto yo me encontraba pasando por la ceja y vi una aglomeración de gente en la calle 5. Resulta que la gente de a pie estaba muy molesta por la presencia y las provocaciones de un grupo de choque de encapuchados y porque la policía los estaba protegiendo. Fui a dar la vuelta para ver quienes eran, se notaba que no eran gente de aquí, tenían mascaras, cascos, cadenas, palos con puntas de clavos, bates, escudos y eran como doscientas personas, por sus ropas se notaba que eran gente de plata, o sea, jailones. A eso de las 6 de la tarde han comenzado a arrojar dinamita a las personas y por eso la gente han reaccionado destrozando las flotas donde se han ocultado los agresores. Ahí ha comenzado la gasficación, la policía no permitía que los ciudadanos de El Alto se acerquen a ese grupo, la gasificación ha durado casi hasta la media noche, al otro extremo estaban los masistas pero los que han sido agredidos por los grupos de choque no eran masistas eran gente de a pie. Cuando veo las noticias en la prensa resulta que los encapuchados estaban siendo presentados como inocentes universitarios que habrían sido secuestrados por los alteños y que la policía les estaba rescatando, toda la gente que estaba ese día ahí sabe que eso no es verdad, es mentira que hayan sido universitarios, eran un grupo paramilitar que vino a provocar pretendiendo intimidar a la gente pero que ante la furia del pueblo estos se han acorbardado y han huido al interior de aereopuerto.
Soraya – vecina de Senkata:
Nos encontramos Soraya y yo al día siguiente de la masacre de Senkata, para hablar sobre lo que paso, las dos nos abrazamos antes de decir cualquier palabra y nos pusimos a llorar, nos dolía el alma, nos sentamos y me empezó a contar que había pasado: Yo vivo en Senkata, todos los días salgo a trabajar aquí a la ceja, pero tambien he estado yendo a las marchas y saliendo hacer vigilia en la zona juntamente con mis vecinos.
Ayer yo tenía que entrar a trabajar entonces no podía quedarme mucho rato en el bloqueo con mis vecinos, pero algo bien raro paso, primero uno de los dirigentes ha llamado a reunión y ha dicho que debemos ir a marchar al centro de la ciudad, entonces se ha llevado una gran cantidad de gente a la marcha y poco después de eso los tanques han entrado y nosotros hemos intentado parar eso, pero la mayoría éramos mujeres, algunos varones, nos han insultado de todo esos milicos, he visto gente caer a mi lado no sé si han muerto o han quedado heridos, lo único que he atinado es agarrar a un señora que estaba a mi lado y correr, luego he tenido que irme porque si no llego a mi trabajo me despiden y no puedo darme ese lujo.
Volví en la noche, la zona estaba más resguardada, las movilidades solo llegaban hasta cierto lugar y luego teníamos que caminar, camino cerca de media hora hasta llegar a la zona y me encontré con la noticia de que había muertos y muchos heridos, es increíble lo que ha pasado, sabes esos milicos no eran de aquí, eran de santa cruz o de otro lugar porque eran muy altos, pero además sin miedo disparaban y golpeaban a nuestra gente, y nos insultaban con palabras que es difícil repetir sobre todo a las mujeres de polleras las insultaban grabe, atenidos a su gases y sus armamentos han hecho lo que han querido en la zona.
Martha – activista de la ciudad de La Paz:
Estar compartiendo en Facebook lo que estaba pasando no era suficiente, decidí salir a las calles y apoyar la marcha, porque es verdad hubo fraude pero eso no es pretexto para entregarles el poder a esta derecha, además me moría de la rabia estando en casa y escuchar las porquerías que decían los periodistas de la TV, era mejor las redes al menos podía compartir lo que estaba pasando y hacer saber al mundo entero lo que estaba pasando.
En el Facebook también había muchos videos e imágenes fuertes que reflejaba el verdadero rostros de la golpista y la brutalidad con que se impuso este golpe de estado y desaparecía, me lance a las calles y empecé a difundir imágenes y videos de lo que estaba pasando en las calles en mi cuenta, un muchacho que nos explicaba porque era imposible el atentado y las posibles explosiones de la planta de gas explico en video y lo trasmitimos en facebook, dos días después me llamo para que lo quite su video porque reconocieron su voz y le llamaron para amenazarlo, tuve que quitar su video.
Al día siguiente de la masacre de Senkata, nos organizamos varios muchachos y muchachas y nos fuimos marchando a Senkata a participar del cabildo, marchamos desde la ceja, nos cansamos, pero en el camino mucha gente se nos unió, cuando llegamos a Senkata mi alma termino de romperse en mil pedazos, las calles parecían campos de batallas, llegamos gritando con todo nuestras fuerzas: “Senkata no está sola”, la gente hizo un túnel para recibirnos y algunos nos decían: “era que vengan ayer, ayer los necesitábamos” las mujeres jóvenes, mayores donde la mayoría era de pollera nos recibieron llorando, aplaudiendo diciéndonos gracias.
Ese día pasaron muchas cosas, pero lo que quiero resaltar es que pasamos por el banco unión que está en Senkata se podía ver el resto de una gran cantidad de balas y la misma pared estaba llena de agujeros de balas, también pasamos por la planta de gas, las paredes estaban caídas pero una gran cantidad de militares bien camuflados y armados, parecían robocof porque eran grandes y masisotes y bien blancos con sus pistolas ahí parados vigilando, también vimos ese cemento que separa la avenida llena de huecos por disparo.
Al día siguiente estamos esperando en San francisco que bajara la marcha que venía con los féretros, mientras esperábamos, recibí una llamada de una conocida y me dijo: hola, están en toda la marcha verdad? Le respondí sí, porque no podía quedarme en casa sin hacer nada, porque lo que estaba pasando era muy grave, y me dijo: “ten cuidado, porque ayer nos reunimos un grupo de amigas y tu sabes que ellas son de la cúpula y hablamos sobre lo que estaba pasando y dijeron que los que están en Senkata y en el Chapare no son los militares normales, son militares que están entrenados para torturar y matar sin ningún piedad si es necesario, son los que se entrenan en Sanandita y fuera del país, los que no tiene ningúnvínculo con el pueblo y que sacaron a esos milicos porque necesitaban militares que hagan lo que tengan que hacer, están monitoreando todo, cuídate mucho”.
María – vecina de Senkata:
Yo estaba en mi casa esos días de la masacre en Senkata, pero salí corriendo porque me dijeron que nuestros vecinos fueron arrestados entonces yo y mis vecinas corrimos eran muchachos que nosotros conocíamos e intentamos explicar a los pacos que ellos nos eran delincuentes, que no estaban metidos en el problema pero como eran de Senkata, para la policía todos los que vivimos en Senkata somos masistas y delincuentes, ese ratito a varios nos han agarrado presos tambien.
Yo no estaba haciendo nada, ni siquiera estaba en la calle, me agarraron solo porque estaba ahí pidiendo que los soltaran, fue lo peor que me paso, toda la noche nos golpearon a todos los que nos arrestaron, me tuvieron de puntillas nos cansábamos y bajábamos los pies y nos golpeaban, en uno de esos ratos me agarraron y me hicieron pasar corriente, me manosearon jalándome mis senos y no podíamos decir nada porque cuanto más gritábamos más nos golpeaban.
Después nos llevaron a la cárcel, ahí los policías nos trataron peor que los criminales más peligrosos, cada hora nos teníamos que presentar para reportarnos y si no lo hacíamos era grabe, entonces lo tenía que hacer, y cada vez que me llamaban la policía me decía: “ven carajo, baja la cabeza no me mires, frente a mi vas a bajar la cabeza, no eres nadie para mirarme de frente” las humillaciones de parte de la policía fue grabe, las internas al ver eso, me dijeron: ¿que siempre has hecho para que te traten así?, yo no les respondía nada y a veces solo atinaba a responderles: salir de casa para ayudar a mis vecinos.
Pero los días de audiencia eran una alegría pero al mismo tiempo una tortura, porque en la cárcel cuando una interna sale con la posibilidad de quedar libre, las internas hacen un callejón y todas te golpean porque dicen esa es tu despedida, y los policías no hacen nada para evitar eso, y sino salió bien las cosas y tienes que volver a la cárcel todo otra vez, porque para la próxima audiencia igual te seguirán golpeando.
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